7 de julio de 2010

La boda de un difunto


una argolla compromete al encierro,
una ceremonia que por lo que se sabe todo saldrá mal y aun así continua,
lleno de almas y espectros retorcidos en envidia.

sus ojos al pendiente del desastre
una gran sonrisa estampillada en el rostro de la quienes la miseria es poco,
y los novios dos difuntos jugando a ser felices , soñando a estar vivos...
empieza el vals , y un circo con pocos argumentos empieza su espectáculo!.

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