7 de noviembre de 2011

Sueños hechos realidad


No escuchaba nada más que los latidos de un corazón y  una suma respiración lenta, no sé de quien son, pues en el salón estaba solo, cuando llegue en la mañana del presente día no había ni una sola alma que saludar o con quien discutir, solo me encontraba yo y una cantidad numérica de puestos acomodados en 5 filas de a 8 cada una. Me sorprendí, pensé que había llegado demasiado temprano y que al tiempo llegarían uno a uno o todos en manada. Fue así como pasaron las horas hasta llegar al punto de desesperación, sin una esperanza ni consuelo de compañía y con el ansia de largarme sin más que una mañana perdida. Bueno me tocaría esperar un poco más para irme, las reglas del colegio eran claras y las horas de entrada y salida también.

Se bien entonces yo escuchaba esos latidos y esa respiración que eran como sonidos que me estremecían, trataba de descifrar de quién demonios eran ¡Es que no había nadie más a mi alrededor!  Solo esos puestos vacíos.El tiempo se me estaba pasando lento, me rondaban  infinidades de pensamientos sobre cosas estúpidas e importantes, pensaba en Sara.

Se preguntarán quien es Sara, bueno Sara es una chica de mi salón la cual ignora mi existencia y de la que estoy enamorado, es la más rebelde, loca y degenerada de todo el colegio, eso es lo que me encanta, ya que siempre he sido de los nerdos, juiciosos y educados, le hace falta algo de emoción a mi vida. Es solo que no me atrevo a hablarle, cuando la tengo en frente me congelo, me duele el estomago, sudo y una vez llegue hasta a vomitar, lo se fue asqueroso, pero no se preocupen no cayó sobre ella si no sobre marco mi mejor amigo.

Pensaba  en si algún día podríamos ser algo, aunque sea amigos , o si me atrevería a decir “Hola”. .

Marco siempre me dice que le haga la charla que empiece una amistad con ella  yo por lo regular de digo que sí, pero es algo que respondo por inercia ya que la mayor parte del tiempo estoy mirándola y pensando en ella, en su belleza, en su hermoso cuerpo, su cabello castaño y ondulado, esos ojos azules  que combinan con unas pestañas largas y  hermosas, Ahhh! Esa niña me encanta, a decir verdad ha sido la única chica que me ha flechado en mis 17 años de vida. Volviendo a lo que me decía marco era considerablemente difícil hacer lo que medio alcanzaba a escucharle, simplemente llegar a su puesto, sentarme junto a ella y empezar a hablarle de alguna cosa interesante, me llevaba de la tierra hasta el cielo y me regresaba, de igual forma que podría decirle¿?  No soy una persona interesante, soy un chico común, con una vida rutinaria y una monotonía que abrumaba mis sentidos.

Mientras seguía entretenido recordando a  Sara, se me vino otro pensamiento a la cabeza, que tal si era una broma ¿? Si, una chanza de mis compañeros y el profesor loco con el que me tocaba hoy todo el día, ese loco era Alberto, un profesor e 43 años medio hippie y corrido totalmente, nos dictaba dirección vocacional,  daba charlas de 2 y 3 horas sobre lo que seriamos cuando saliéramos del colegio ese mismo año , de lo que quisiéramos ser y lo que jamás seriamos, lo que debíamos tener el cuenta para los que entrarían a la universidad el próximo año , el ambiente social y académico. 

Nos decía que allí podíamos encontrar gente de toda clase, un testimonio era el mismo, ya que nos hablaba sentado desde su pupitre,  habían días donde nos sacaba al área verde para que tuviéramos “Contacto con la madre naturaleza” O pacha mama como él lo llamaba, sacaba términos que nadie le entendía y hablaba solo en los descansos. Un día llego gritando al salón de clases, cuando le pedimos explicación nos dijo que  todos teníamos un demonio dentro y que gritando lo sacaríamos. Todos quedamos aterrados con eso y al otro día medio salón llego eufórico y gritan todos se habían comido el cuento, sin embargo yo guarde calma, y distancia de ellos, me parecían una manada de monos desesperados.

Volviendo a mi agonía en el salón vacio y medio tenebroso me seguía volviendo loco esos dos extraños ruidos, los latidos y la suave respiración, ya me estaba volviendo paranoico! Sentía que las paredes se acercaban centímetro a centímetro, que espantosa mañana pensaba, en verdad deseaba irme .  

De un momento a otro los latidos empezaron a acelerarse, la respiración a agitarse, sonaba como un deportista acabando una competencia, debo confesarlo, me estaba asustando bastante, pero trataba de  mantenerme cuerdo,  como podría decir Marco, mantenerme sobrio en su lenguaje. Las paredes ya de tanto acercarse  comenzaban a rosar la piel, los puestos habían desaparecido como si las mismas paredes se los hubieran tragado ya no habían ventanas y la puerta era del tamaño de un ratón no había manera de salir con vida o entero.

Sara volvió a aparecer en mi mente , en ese instante me lleno una tristeza y sentí como  si todo el peso del mundo callera sobre mí, como si las lagrimas que no había derramado en toda mi vida se revelaran y fue entonces cuando empecé a llorar, llorar por desasosiego, llorar por desesperación, llorar por amargura y desolación, llorar por que amaba a Sara y porque no podría tenerla, nunca llegue a imaginarme ahogado en un mar de lagrimas casi medio muerto asfixiado por las paredes de un salón al que frecuentaba a diario.

Mi vida estaba terminando y yo no podía hacer nada, mi corazón se rompía y caía en cuenta de que no había vivido lo suficiente como para decir que había tenido una buena vida. Comprendía que había desperdiciado mucho tiempo, en que nunca había sentido una total alegría ni una gran miseria, que solo había vivido en un estado neutro, algo así como piloto automático.  Terminaba de comprender bien que era lo que estaba ocurriendo, si era un juego de mi mente, o alucinación del aburrimiento que sentía.
Cuando ya no pude respirar mas por la falta de aire sentí como si un tren me golpeara el cráneo.

 Desperté sentado en mi puesto del salón de clase, todos mis compañeros estaban ahí también, Sara , Marco … Y Alberto , estábamos en su clase y entendí que solo había sido un sueño, un horrible y escalofriante sueño.

Levante la cabeza y Marco me dijo
-¡Durmió más de 1 hora! Trate de llamarlo pero usted no respondía, el profe no se dio cuenta, menos mal.

Yo solo le pregunte por Sara, si estaba bien y si me había visto, me contesto.
-Pues ella se dio cuenta, pero no dijo nada.

Me pare entonces me acerque hacia ella y le dije:
-Hola Sara. 

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