9 de abril de 2010

Carta a un amor imposible


03/03/10

De tal modo que las horas pasaban mientras los últimos rayos de luz se escondían bajo las sombras decadentes.

Ya caída la noche, se iban organizando aquellas presencias efímeras y no tan relevantes, aquellas compañías no muy cercanas más bien distantes. Observaba los acontecimientos del momento pero no comprendía el por qué estaba allí, pero mi mente desaparecía lentamente con los segundos, dispersa, trataba de enfocarme en algún cuerpo distante extremadamente lejano, pero palpable a mi ser, buscándote en los recuerdos me iba perdiendo, y preguntándome qué demonios asía yo allí.

Imaginando y soñando despierta sin poder conciliar el sueño, sentí soledad aunque las sombras aquella lúgubre noche estaban presentes atormentando mi confundida mente, no quería estar allí pero tenía que hacerlo, no captaba las señales de mi pobre y abandonado corazón que gritaba ¡REGRESA! pero mi necedad era un tanto más poderosa. Las ansias de verte controlaban aquella perdida mente triste. Percibía como recorrían las manecillas de mi lento reloj a quienes no les parecía importar la misma hora ni el mismo tiempo deseaba ser como ellos, anhelaba no depender del tan egoísta y renegado momento si no ser libre tocar el firmamento, volar entre las nubes y alejarme del pavimento.

Ya cían la una de la mañana y aunque dominabas mi mente mi cuerpo y mi corazón daba vueltas en la cama, no desidia como descansar, no me parecía ninguna posición adecuada, necesitaba acabar con el insomnio que poseía. Mi conciencia me hablaba entre dientes , susurraba palabras borrosas y confusas ,una melodía desesperante rondaba mi enardecida alma, trataba de reconstruir las palabras que horas antes habías recitado para mí, las frases salidas de vuestros labios , los alientos de vida , los suspiros de desesperación, o de cobardía tal vez, sea cual sea los propósitos de esa impredecible llamada me habían alegrado la existencia ,aunque no puedo negar que me preguntada continuamente si en realidad tus fines eran beneficiosos o si tal vez me harían más daño del ya hecho .

Curioseaba entre los posibles si y entre los inevitables no ,pero que feliz me sentía al soñar ,al soñar contigo de nuevo , imaginado un futuro inesperado , creando unas ilusiones imposibles. Transcurrían las imágenes del pasar de los tiempos, ya nuestros rostros cansados y viejos de luchar, ya desfalleciendo poco a poco así esperando a la dama negra, pero, y que de malo tendría la muerte, si junto a ti me encontraría, que deliciosa sensación, navegar en un barquito de cristal llevando como tripulantes solo nuestros corazones, seriamos felices así por fin.

A la mañana siguiente los primeros finos y delicados rayos del sol despertaban aquella alma aun dormida, soplaban los vientos sobre mis ventanas, el calor infernal sofocaba la habitación, al despertar algunas presencias carecían de solides, y al percatarme simule contener mi desconsuelo al darme cuenta que todo se quedo ahí, como un sueño. No concebía sacarte, no funcionaba echarte, no tenia valides nada de lo que pudiera pensar o aun reconsiderar.

Una serie de sucesos un tanto usuales llenaron el vació del día, nada aturdía mi estancia, solo el pensar cuán lejos estaba y que tanto deseaba tocarte nuevamente, se que aunque camine, aunque recorra distancias, aunque los entes me vean respirar, inhalar el toxico humo transparente llamado aire, no viviré, solo soy un cuerpo viviendo mis sueños soñando con mi realidad y distorsionando mi verdad.

Aquí me encuentro una vez más, escribiendo frases inútiles y deseando simplemente desaparecer. 

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