Que deseo tan
ardiente fluye por mi cuerpo, que
ansias siente mi corazón, que
dulce pecado quiero poseer ¿?
Que priva al
sol de brillar,
y a la luna de mostrar su
belleza,
Porque
resisto cada vez al verte y al final desisto de ello ¿? ¡Qué
tentación provocas en mí! No
puedo controlarme cuando estoy junto a ti y
menos cuando carezco de tu presencia,
Quien ha
sido el que designe que nuestros caminos se crucen ¿? Sin
oposición alguna obedeceré su mandato, por
siempre los deseos de mi carne estarán y
te esperare hasta que el día tan anhelado llegue siempre guardándome para ti siempre pura
siempre tuya.
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