Que curiosa situación,
a decir verdad nunca me lo imagine.
Es ella diferente es ahora mi confidente,
y yo el suyo,
un laso fortalecido por algo que para muchos es cursileria,
un amor diferente,
no mutuo pero si dependiente,
Echando palabras inexistentes,
esforzándonos por recordar el pasado olvidado,
el intenso placer de alcanzar la gloria,
al escribir la miseria,
produciendo precipitadamente unas lineas silenciosas,
jugando a soñar y despertar inmóvil...
recitando un poema.
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